Este concepto poco conocido por el  gran público, alude la consumación de insectos comestibles llevada a cabo por los humanos. Por comodidad, si bien ellos son parte de la familia de los insectos, las arañas, escorpiones y otros cien pies han sido integrados a esta consumación. Dicha práctica  es connotada en numerosos países, ya sea por razones culturales o la vez gastronómicas, económicas o ecológicas; que comienza a aparecer poco a poco en el patrimonio culinario francés. Los adeptos a la entomofagia los llamaremos entomófagos o entomovoros. En cuanto al término "insectívoro", se reserva a los animales que se alimentan esencialmente de insectos.   

Primeramente, sobre el plan nutricional, ya no es más necesario seguir demostrando las cualidades nutricionales de los insectos comestibles. Ellos poseen grandes vertientes nutricionales que son lejos carentes en proteínas, lípidos, minerales y vitaminas. Además, son generalmente muy  bajos en grasas y calorías. Una vez secos, su aporte en proteínas es dos veces más importante que el de la carne o el pescado. Por ejemplo, algunas larvas de abejas pueden contener diez veces más vitamina D que el aceite de bacalao. Incluso, su interés gustativo y gastronómico no se puede pasar por alto. Existen cientos de variedades de deliciosos insectos que puede cocinar de forma sencilla y rápida; algunos los prefieren "naturales" pero se trata de gustos. Nosotros profundizaremos más el aspecto culinario. En el ámbito de producción, la crianza de insectos comestibles tiene menos obstáculos que la crianza tradicional. Para producir un kilo de proteínas, los insectos, necesitan en promedio tres veces menos de alimento que el ganado tradicional. Los insectos representan una fuente inagotable de nutrientes ya que equivalen a un 80% de la masa animal en nuestro planeta, y pueden ser una respuesta eficaz a los problemas de la desnutrición relacionados a la sobrepoblación que nos afectara sin duda en los años a venir. Ellos se reproducen de manera abundante y en espacios reducidos. No necesitan instalaciones industriales complejas para ser criados y no demandan tantas preparaciones como la mayoría de  las carnes. Son mucho menos contaminadores, algunas especies emanan un 99% menos de gas CO2 que la raza bovina. La crianza permitiría limitar el sufrimiento de muchos animales, respondiendo así a las necesidades nutricionales del crecimiento exponencial y se respetaría por sobre todo el medio ambiente. Es una producción que responde concretamente a nuestros problemas contemporáneos y que sin duda es una alternativa para resolver eficazmente las futuras restricciones humanitarias y ecológicas.

Si bien la entomofagia es parte de la historia humana desde siempre, nuestra cultura nos aleja de este modo de alimentación. Variados pueblos a través del mundo son entomófagos. El consumo de insectos comestibles es una práctica habitual en los continentes: africano, asiático, oceánico o americano, donde las orugas, termitas, larvas, gusanos, saltamontes y otros arácnidos son cocinados frecuentemente. Sin embargo, en Europa somos  consumidores de productos bastantes controversiales como las ostras crudas, los caracoles y las ancas de ranas pero los occidentales aun conciben los insectos como como una fuente alimenticia. Ellos los ven sobre todo como perjudiciales o como elementos de la biodiversidad. En cuanto a la idea de integrar insectos en nuestros hábitos alimenticios, somos aun reticentes. En efecto, los aspectos poco apetitosos no nos impiden realmente volvernos gourmand. Además, desde nuestra infancia nuestros padres nos inculcaron una educación que nos da una imagen bastante negativa de los insectos. Pero la idea de consumirlos abre el camino en Europa gracia razones que son del todo justificables. A punta de pedagogía y de argumentos científicos irrefutables, los consumidores franceses comienzan a percibir los insectos desde un ángulo distinto, lo que pareciese como un nuevo fenómeno a la moda que está al borde de transformarse en une alimentación de convicción. Las comunidades entomovoras comienzan a formarse los unos a los otros para compartir sus experiencias de sabores. Los sitios de internet se especializaron en la comercialización de insectos comestibles y proponen a la venta numerosos productos y especialidades sorprendentes. Nosotros podemos poner en evidencia el sitio web http://www.insectescomestibles.fr que hace referencia a este tema proponiendo además productos alimenticios y de recetas, instalándose en su hogar o en su lugar de trabajo con animaciones sorprendentes de descubrimientos culinarios.