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Entomovoros : los insectos de Tailandia en Francia

El tour del mundo de los entomovoros:

Según un sondeo de la F.A.O. (Organización de las Naciones-Unidas para la Alimentación y la Agricultura) en 2010, existirían  alrededor de una centena de países en los cuales la población consume insectos comestibles; lo que  representaría cerca de 3 millones de personas. Esta práctica está concentrada sobre todo en Asia y África. La principal razón es que los habitantes que se ubican en estos dos continentes, sufren de gran manera las consecuencias de la pobreza como también los problemas que emanan de la desnutrición. Sobre estas dos zonas geográficas, ocho cientos millones de personas sufren ya sea de cerca o de lejos la mal nutrición; de ahí el porqué del alto consumo de insectos, ya que estas dos zonas están interesadas en dos aspectos esenciales: en su precio accesible y su alto valor proteico. 

 

África y las  orugas:

  Termitas y orugas están mayoritariamente presentes en la alimentación de los africanos. En África Central, los Mandjas son conocidos por la captura y consumación de termitas que a su vez las utilizan en ceremonias donde participa la tribu en conjunto. En la parte final de este ritual animado por los tambores, las mujeres devoran la termita reina que contiene todos sus huevos. Esto representa una fuente de juventud y fecundidad. En la isla de la Reunión, las larvas de avispas amazónicas son buscadas durante el verano austral y luego son consumidas fritas o con salsa de tomate y especias. Las orugas representan la principal fuente proteínica para ciertas etnias sambeques. Ellas son consumidas entre noviembre y febrero durante la estación húmeda, temporada en que podemos ver un verdadero intercambio comercial. Las termitas son parte igualmente de las carnes preferidas de otras tribus donde las consideran superiores a la carne y al pescado. En Burkina Faso, las orugas son realmente de alta connotación en los mercados. Las podemos encontrar tostadas a las brasas y son degustadas como el maní confitado acompañado de té verde. En los alrededores de Johannesburgo en África del Sur, se encuentran frecuentemente a la venta paquetes de orugas secas o preparadas en conserva con salsa de tomate. En Madagascar, las larvas de una avispa local son cocinadas a la mantequilla, ajo y perejil. En todo el territorio africano, más preponderadamente en medio rural que el medio urbano, comer insectos es una práctica cotidiana que es parte de las tradiciones culinarias tanto por su sabor a carne como por su aporte nutricional y por sus ventajas económicas. Es igualmente necesario remarcar que el consumo de insectos comestibles en el continente africano no está solamente ligado a la obtención de la comida proteínica de bajo costo. Al contrario, los habitantes de países como Zimbabue o Botsuana tienen la cultura de crianza de ganado y son al mismo tiempo grandes consumidores de insectos, ¡incluso ciertos insectos son más costosos que la carne!

 

Asia y los insectos: 

  Esencialmente presentes en los países del sur-este del continente, la entomofagia en Asia ha estado desde siempre presente en los hábitos alimenticios et en las prácticas medicinales. En Laos, los saltamontes se preparan fritos, se hierben escorpiones en agua o podemos también encontrar arañas horneadas. El chinche de agua lo encontramos reducido en puré, luego lo mezclamos con verduras y condimentos para crear una salsa llamada "nam prik mangda" que se sirve acompañada de arroz y verduras. En los mercados de Camboya y Tailandia, es habitual encontrar tablas de especialidades a base de insectos rapaces o volátiles, grillos; todos ellos cocidos al vapor. En ciertos restaurantes japoneses y chinos, usted puede pedir crisálidas fritas de gusano de seda donde el sabor se asimila al de las castañas de cajou. Secas o deshidratadas, son consumidas también en tortilla con cebolla y salsas. Las podemos encontrar igualmente en Corea del Sur, se venden en conserva en los mercados locales. En Indonesia, particularmente en Bava o en Bali, el consumo de hormigas tiene una connotación medicinal. En efecto, al ser consumidas con agua hervida ellas serian benéficas en la lucha contra la diabetes.

 

Oceanía: 

  La entomofagia no está presente de gran forma en este continente pero ella conserva un interés innegable para la población que la practica desde siempre. Los indígenas de Australia son grandes consumidores de hormigas "pote de miel", ellas contienen la miel en su abdomen que es un líquido espeso rico en azucares y amino ácidos; Los indígenas las consumen como golosinas. Cuidadosos de conservar su biodiversidad, se alimentan también de orugas parásitos que atacan las acacias "Kampeanas". En Nueva Caledonia, cada ano en septiembre se organiza una fiesta en la ciudad de Farino para celebrar el gusano de "Bancoule",  su nombre viene de "bancoulier", el árbol del cual él se alimenta. Se organiza un concurso para recompensar a quien come más gusanos verdes (los que pueden medir hasta 10 cm de largo y 2 cm de diámetro). En esta ocasión, los gusanos Bancoule se preparan salteados a la mantequilla lo que llama la atención de numerosos gourmets.


América y los grillos: 

  La gran mayoría de los entomovoros se encuentran al sur del continente americano. En México, no es raro tomar el aperitivo con larvas de mariposa rapaces del agave "Hypopta Agavis" que se pueden comer fritas o con salsa de ajo y huevos de hormigas. Conocidos como caviar mexicano, los "ahuahutle" son huevos de chinches de agua que deslumbran el paladar de quienes los conocen. Ciertos restaurantes proponen igualmente tortillas acompañadas de insectos fritos. El consumo de saltamontes es también una práctica cotidiana en México. En cuanto a los colombianos, ellos se interesan particularmente al consumo de hormigas cortadoras de hojas. 

 

Europa y los entomovoros: 

  Si bien lo griegos y romanos se deleitaban con las cigarras y larvas de escarabajos, la entomofagia no ha sido nunca realmente desarrollada en Europa a causa de razones culturales y a la vez sociológicas. Los Países bajos han abierto una vía gracias al financiamiento y al desarrollo de la crianza de insectos. Sin embargo, la concientización nace hace algunos años en Francia y numerosas iniciativas abren paso a iniciar e informar los consumidores a cerca de este tipo de alimentación que puede transformarse complementaria a nuestra educación culinaria y a nuestro estilo de vida occidental. Somos muchos los que escuchamos alguna vez esta remarca de nuestros padres para confirmar nuestra visión sobre los insectos: "No tengas miedo, los bichos pequeños no se comen a los más grandes". El día en que la entomofagia sea parte de nuestros hábitos alimenticios, los padres dirán a sus hijos: ¿"Has capturado saltamontes para el almuerzo?". Ese día llegará necesariamente.